Los tomates son extraordinarios, un sabor único. Lo único malo es que han subido el precio hasta los 16 euros por kilo, una barbaridad. Antes costaban a 10 euros por kilo, que ya era caro, pero sin duda que lo merecía hasta el último céntimo. Pero no hay tomate en el mundo que cueste 16 euros / kilo. Lamentablemente, no seguiremos comprando a ese precio.